Era una hermosa y soleada mañana de Abril, y yo iba caminando tranquilamente por las arenas finas de las playa de Bolnuevo. Entonces, vi a un hombre anciano, con el pelo canoso, y la espalda curvada. Y vi cómo se agachaba despacio y recogía las estrellas de mar que la marea había arrastrado hasta la orilla. Me quedé un rato observándole, y vi como las estrellas que recogía las lanzaba de nuevo al mar. Algunas, volvían a la orilla otra vez, y el hombre de nuevo se volvía a agachar, las recogía, y las volvía a poner en el agua. Mientras lo observaba, pensé que aquello que el hombre hacía era un poco extraño. Movido por la curiosidad, me acerqué a él, le di los buenos días, y cortésmente le pregunté:
-Buen hombre, ¿Por qué recoge las estrellas de mar, si luego regresan a la orilla? Parece una tontería, ¿no? No tiene ninguna importancia.
El hombre se dio la vuelta sonriendo, me miró con ternura, y se agachó a recoger una estrella de la orilla. Arrojándola al mar, me dijo:
-Para ésta no es ninguna tontería. ¡Para ésta sí que ha tenido importancia!
Fecha de publicación: 2015
Si quieres escucharla en audio narrada por Alfonso Sales,puedes encontrarla aquí:
Categories: Historias Cortas, Personal Section, Short Stories
Off to Menorca tomorrow for a week. Hope you are settling okay♥️
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Doing well, sister. Thank you for asking. Enjoy your holiday. I’ll be back online by the time you get back. Xx
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